Balance del primer semestre de 2022: pobre Independiente
- Ezequiel Roldán
- 26 may 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 ago 2022
Muchas veces, se presenta el dilema: campeonato futbolístico o campeonato económico. Muchas veces, se pelea en ambos frentes. En otras ocasiones, se prioriza uno de ellos. Ahora bien, qué sucede cuando en ninguno de los dos se cumple el objetivo. O cuando en los dos aspectos la situación es cada vez peor.

La llegada de un técnico campeón y reconocido a nivel local le trajo a Independiente la ilusión de competir, a pesar de que el plantel se vio empobrecido con las salidas de Silvio Romero, Fabricio Bustos y Alan Velasco. Eduardo Domínguez prometió reemplazar a estos tres futbolistas con funcionamiento. Además, llegaron Alex Vigo, Damián Batallini, Leandro Fernández, Leandro Benegas, Gerónimo Poblete y Juan Cazares.
Prometió pero no cumplió. Ya el análisis escapa lo numérico, aunque este aspecto tampoco le sea favorable: el “Rojo” ni se clasificó a la fase final de la Copa de la Liga, quedó eliminado en la fase de grupos de la Copa Sudamericana y le costó horrores superar la única ronda de Copa Argentina que disputó contra Central Norte de Salta, conjunto que milita en el Federal A.
El quid de la cuestión reside en que el conjunto dirigido por “El Barba” no muestra progresos futbolísticos tras 21 partidos. Amagó a jugar mejor en los últimos duelos del certamen internacional y en el cierre del torneo local contra Huracán, pero la derrota contra Ceará derrumbó cualquier cimiento de mejoría.

A Domínguez le tomó 10 partidos darse cuenta que el doble cinco Lucas Romero-Carlos Benavídez no funcionaba y que había que juntar a los tres mejores jugadores del plantel: Domingo Blanco, Alan Soñora y Tomás Pozzo. Cada vez que los tres fueron titulares, Independiente no perdió.
Por otro lado, desperdició lo único que había consolidado el equipo de Julio César Falcioni: la defensa. Si bien por Sudamericana sólo Ceará le convirtió, por Copa de la Liga recibió más goles de los que hizo (18 contra 17) en 14 encuentros. Además, se vio a un Sebastián Sosa muy dubitativo, a un Sergio Barreto con mucha menos confianza y a un Juan Insaurralde desmejorado.

En este contexto, ¿cómo se convence a Rodrigo Aliendro, Federico Lértora o Emiliano Vecchio de que lleguen al club? ¿Cómo se persuade al mejor jugador del plantel, Domingo Blanco, para que se quede?
En el plano económico, aunque parecía imposible, está peor que antes. Independiente perderá todos los ingresos de los derechos televisivos de los próximos 18 meses. Estos serán destinados a pagar el embargo preventivo a Gonzalo Verón por la deuda que se sostiene con el futbolista en materia de salario que asciende U$D 4.8 millones y la deuda con el ex Aldosivi Cristián Chávez.

Sólo teniendo en cuenta las deudas del fútbol y sin tener en cuenta los juicios en desarrollo, el “Rojo” debe más de U$D 13 millones y $270 millones a jugadores, clubes argentinos y del exterior, representantes y entrenadores.
A este caos deportivo y económico, se le suma el institucional. Por una parte, los barras bravas. Divididos en tres facciones, se enfrentan entre ellos y ante la policía en los alrededores del estadio y lo hicieron en Paraguay durante la visita a General Caballero, se dispersan en las plateas para acallar los cánticos en contra de la dirigencia; hay detenidos antes de los partidos; y, envueltos en esta situación, los socios, con miedo de ir a la cancha.
Por otra, los dirigentes. Como Héctor Yoyo Maldonado, el secretario general, quien aseguró que Independiente es el único club sin barras, que ya los echaron a todos. O como el presidente, Hugo Moyano, ausente en las decisiones cotidianas de la vida del “Rojo” aún estando en funciones. Eso sí, no pierden oportunidad de asistir al Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini para insultarse con los plateistas y después declarar que “son cuatro gansos” los que los quieren fuera de la institución.

Pasaron ya 6 meses desde que se debieron haber celebrado las elecciones. Todavía no hay una unidad sólida, ni entre opositores (la Unidad Independiente se rompió), ni entre estos y los oficialistas (nadie quiere a Moyano ni Maldonado en una lista conjunta). Todavía no hay un fallo de la justicia: las elecciones continúan suspendidas. Todavía el socio no pudo elegir quién dirigirá al club por los próximos tres años y medio. Todavía no hay sensatez. Pobre Independiente…
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