Caos institucional en Boca: renunció Pergolini
- Matías Gonzalo Costa
- 1 abr 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 21 mar 2022
En tiempos de una nueva gestión, definir a Boca como una máquina que se autogenera los problemas es tan acertado como preocupante. Nuevo conflicto en llamas: la fórmula ganadora del 2019 duró ¿mucho más? de lo que algunos creíamos.

Estar a la altura de gestionar a uno de los clubes más importantes de la Argentina puede aparentar sencillo desde lo pasional, pero no lo es en verdad cuando se cae sobre la práctica. Todos dicen amar a Boca: profesan su amor a través de los micrófonos, dan conferencias en las que defienden desmesuradamente a la azul y oro y, de vez en cuando, llegan a gritar desde las tribunas mostrándose como verdaderos hinchas.
Lo cierto es que cuando egos tan grandes coinciden en un mismo lugar, no hay espacio para todos. Estamos, aunque algunos les cueste asumirlo, ante una situación absolutamente previsible. Quienes han tomado el poder del club a finales del 2019 tuvieron a su alcance una herramienta política tan útil como peligrosa; en pocas palabras, incluir a Riquelme fue funcional para ganar las elecciones, pero al mismo tiempo significó una gran resignación: había que ser conscientes de que por más que en las listas las jerarquías sean otras, el mando iba a estar a cargo del 10.
Posiblemente desde el Consejo de Fútbol se metieron en terrenos que no correspondían. La convivencia pudo haber sido mejor si se respetaban los espacios, pero las declaraciones entrecruzadas y los diálogos en off, a pesar de que en los videos para calmar a la prensa se diga lo contrario, hicieron que hombres que ahora visten con saco y corbata quisieran resolver problemas que no estaban en su respectivo alcance.
"Estoy acá para confirmar que presenté la renuncia indeclinable a la vicepresidencia primera del club." Mario Pergolini, ex vicepresidente de Boca.
La renuncia de Pergolini viene a confirmarnos algo que ya intuíamos desde hace tiempo. En las oficinas de Brandsen las cosas no están bien: intereses personales parecen estar poniéndose por encima del escudo y eso a comenzado a inquietar a algunos hinchas.
Pero para comprender mejor esta no tan repentina salida, resulta significativo ahondar en uno de los conceptos previamente expuestos: en la necesidad de convivencia han surgido disidencias que los propios hombres de la política no han sabido resolver. La inexperiencia ha hecho que problemas de índole dirigencial se afronten como si fuesen de vestuario. No obstante, contrariamente a lo que muchos creen, no es posible predicar únicamente entre los adeptos. Y menos en un club tan grande como Boca.
Si a mi se me pregunta, el sueño de Mario en el Xeneize duró incluso más de lo que creía. Llegó el pellizcón. Quienes hicieron de los resultados de los comicios algo tan determinante, poco a poco empiezan a mostrar su poderío. Ya no importa quiénes encabezaron las listas, pues, a fin de cuentas, las llaves de La Bombonera las tiene una sola persona y no se admiten copias.
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