Otra vez, Enzo sobre la hora
- Ezequiel Roldán
- 21 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 3 abr 2022
Se encontró con un gol a los tres minutos de partido, fue claro dominador del juego durante todo el primer tiempo, perdió ese control apenas comenzado el segundo, pero se lo llevó sobre el final. Racing le ganó 2 a 1 a Independiente en el Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini y se quedó con el primer clásico de Avellaneda de 2022.

La primera mitad del partido fue un fiel reflejo del presente de ambos. Pisó fuerte un Racing imponente: se hizo dueño de la pelota y la manejó a piacere desde los pies de Aníbal Moreno. Pero no solamente con ella controló los tiempos del juego. Una vez que el “Rojo” recuperaba la posesión, supo cuándo y cómo presionarlo para achicarle el margen de salida y no le permitió tenerla por más de tres o cuatro pases.
Por la izquierda de su ataque, el sector donde defendía Alex Vigo, la “Academia” encontró una vía fácil de llegada al área rival debido a la superioridad numérica que ejercían Tomás Chancalay y Gonzalo Piovi sobre el lateral derecho del local, poco acompañado por sus compañeros en el retroceso.
A pesar del mencionado dominio, el visitante no hizo valer su diferencia en jugadas de riesgo sino por un bombazo aislado de Carlos Alcaraz que terminó en el techo del arco y otro sobre el final de la primera etapa que embolsó Sebastián Sosa.
Por su parte, Independiente comenzó el clásico como venía jugando las fechas anteriores. Nuevamente, mostró sus flaquezas defensivas, especialmente, por el bajo nivel individual de la zaga central, conformada por Sergio Barreto y Juan Manuel Insaurralde, un baluarte de la temporada pasada.
De esta manera, recibió el baldazo de agua fría que fue el tanto de Gabriel Hauche al tercer minuto de partido, quien ya le convirtió cinco goles con esta camiseta: errónea salida de “Checho” a buscar un cabezazo demasiado adelantado y pifia del “Chaco” en el borde del área que dejó a Chancalay solo contra el uruguayo Sosa, cuyo remate al palo derivó en el rebote que tomó el “Demonio” y cambió por gol.
Ofensivamente, el “Rey de Copas” no ofreció nada más que remates desviados de Leandro Benegas y Damián Batallini y otro de Lucas Romero bien atajado por Gastón Gómez.
El segundo tiempo marcó el comienzo de otro partido. Lucas González y Alan Soñora ingresaron por Carlos Benavídez y Gastón Togni y estas dos modificaciones hicieron que a Independiente le cambie la cara completamente. La intensidad del jujeño y la técnica del nacido en Estados Unidos condujeron al “Rojo” al empate.
El dominio pasó a manos del local, que acorraló a Racing en su área, llegándole por todos lados y por toda vía, apretándolo en la salida para recuperar la pelota y comenzar nuevos ataques. Fue el propio González quien, a los 10 minutos, clavó un zarpazo de zurda de más de 20 metros que ingresó rozando el poste derecho de “Chila” Gómez. De ahí en adelante, el palo, en una oportunidad, y el arquero, en más de una, salvaron a la “Academia” de estar por debajo en el marcador.
Y como un viejo refrán futbolero marca: los goles que no se hacen en un arco se pagan en el otro. Así sucedió. Otra desconcentración en la defensa de Independiente en la que los centrales quedaron a mitad de camino de la única referencia que el visitante tenía en el área en el minuto 40. Centro de Piovi, cabezazo-asistencia de Facundo Mura para la entrada goleadora de Enzo Copetti, quien otra vez define un clásico de Avellaneda sobre la hora y, esta vez, rememoró a Lisandro López, no solo por el momento de su gol y en esta cancha, sino también con su festejo llevándose un dedo a la frente y elevando la otra mano al cielo.
Al Racing de Fernando Gago le falta un plus para ser un gran equipo; el de generar y convertir más jugadas de riesgo para usufructuar el marcado dominio de pelota que tiene. Aún así, lo tiene todo para pelear por este torneo, en el que se mantiene como único invicto, porque juega bien y, además, consigue resultados.
Por otro lado, como marca constantemente su entrenador, Eduardo Domínguez, Independiente tiene buenos pasajes de fútbol, mejora partido a partido, pero esta progresión es mínima y lenta. Necesita que esos momentos se repliquen mucho más durante los partidos, recuperar la dupla Barreto-Insaurralde y, sobre todo, paciencia.
Comments