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Poco para uno, trato para el otro

Actualizado: 29 mar 2021

En un partido sin demasiadas ocasiones para ninguno de los dos, Racing optó por ceder el balón y consiguió un valioso empate en el Monumental.

Foto: Infobae


Gallardo, en el final enojado por un offside en contra mal cobrado, no se fue del todo conforme con el rendimiento de su equipo. Notable contraste con Pizzi, claro. Los suyos supieron mantenerse sólidos en defensa y River no pudo penetrar su última línea. Si bien el local jugó siempre con la pelota en su poder (alcanzó una posesión promedio del 70%), le costó concretar en las pocas de peligro que generó.

Y eso ya no es novedad. Desde hace tiempo que al Millo se le es complejo gestar en el bloque alto del terreno de juego. Muchas de las situaciones que allí aparecen, de hecho, son producto de un acentuado pressing y no tanto de una elaboración propia. Falta definición, pero también que, como se sí se vio en el partido contra Godoy Cruz, los atacantes logren poner sobre las cuerdas al rival. Los condicionan, es cierto, pero no con la pelota en su poder. Por el contrario, apuestan a que estos se equivoquen como ha sucedido en reiteradas oportunidades.

Sería injusto, no obstante, depositar toda la responsabilidad del resultado en esa falta de eficacia que tuvo River en los últimos metros. La Academia corrigió muchos de los errores que había tenido en la final de la Supercopa y se sintió cómodo aún cuando la amenaza era constante. El empate es un gran acuerdo para los de Avellaneda; y más si tenemos en cuenta que a los 13 minutos del segundo tiempo se fue expulsado sonsamente el joven Cáceres. Juan Antonio respira: la tabla lo pone incluso por encima de su rival de esta tarde noche porteña. Habrá que esperar a ver qué pasa mañana entre Estudiantes y San Lorenzo para determinar si sigue o no dentro de la zona clasificatoria.

River se va con bronca. Pudo haber sido más dañino en ofensiva, pero entre su ineficiencia en el último pase y el buen trabajo defensivo de Racing, el equilibrio perfecto se llama cero a cero. Fue superior, es cierto, pero no del todo como para llevárselo puesto como lo había hecho en Santiago.

Destacado fue lo de Copetti, un gran descubrimiento de Capria y compañía. El delantero, cuyo pase pertenece a Atlético Rafaela, luchó a más no poder con Maidana y Paulo Díaz, y hasta llegó a tener alguna que otra para sorprender en el Vespucio Liberti.

Poco para uno, trato para el otro. En lo que desobedece cada vez más a una "Copa Merecimiento", el exitoso equipo dirigido por Gallardo no pudo ganarle esta vez al tambaleante combinado de Pizzi.

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